El Oráculo I
Tiré los
dados entre bruscos estampidos de la noche.
No finjas
lágrimas que asidas a tus párpados se tiñen de grises
no ocultes
la piel perlada de sudor
porque me llega
tu grave e importante misterio,
como
fantasmas que juegan a quemar heno
como flor
que se deshoja en cada anochecer,
renace y
vuelve a nacer en la corteza de la conciencia.
Reunirnos
donde todo tiene un principio
sobre tus
labios invisibles de rojo terciopelo
en castillos
de Dioses Celestiales que ágilmente se elevan
y ágilmente
se destruyen en la estela de un cometa.
Vos con tu
lágrima brillante eras toda luz y caricias
la plenitud
del deseo, fruto nudoso de ardientes mareas
orgásmicos
rastros de espuma en aguas revueltas.
Pero tal
parece que te hundes, vuelves a la oscuridad
y a solas...
sentías que
la comunión con el mundo se apagaba
El Oráculo
II
Hay una gran
isla rodeada de muerte
una voz
llama y la otra responde
dos fuerzas
invisibles se atraen en un sólo vientre
conquistan
espacios...tiemblan impacientes
se derraman
en sangre rojas y verdes
¿La soledad
persiste?
Nada,
nada...
silentes
las voces son espíritus vestidos de ilusiones,
dame tus
manos escurridizas y misteriosas
dame tus
dedos para que no me pierda
Basada en una obra en http://perfumederosas-cristina.blogspot.com/2013/03/el-oraculo-entre-lo-clasico-y-lo.html.