Deja
que se extienda la caricia sosegada
que
surja lentísima la noche
y que el deseo sea la contención de nuestra prisa.
Mientras...que tus manos abrasen la arquitectura de mis muslos.
Fotografía
Vlad Gansovsky
Estoy
resbalando por una piel que produce vértigo.
Me
confío en la ebriedad del tacto
en tocarnos
tendidos sobre una sábana de abandono
liberando
el viento encerrado en nuestros dedos.
Somos
un espiral de delicias del cual ya no hay regreso
y no
hablo de morir en tus paredes
hablo de
tus ojos que de pronto son palabras
que construyen
escenarios en cada uno de nuestros silencios.